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La siembra del maíz se divide en dos épocas, una llamada “zafra” (primera cosecha) o “zafriña” (segunda cosecha), que están directamente relacionadas con una época específica del año.

Según Pereira Filho (2021), la siembra de verano, o de la primera cosecha, se realiza durante la temporada de lluviosa, que varía de finales de agosto a octubre/noviembre en algunas regiones, mientras que, en otras, este período ocurre a finales de año. El maíz de segunda cosecha, según Cruz et al. (2021), se define como el maíz cultivado entre enero y abril, casi siempre después de la cosecha de soja.

¿Cuál es la época ideal de siembra del maíz en Paraguay?

La época ideal de siembra para el cultivo del maíz en Paraguay va desde mediados de agosto a octubre. El maíz tupí se produce bien también en épocas de la entre zafra, desde enero hasta febrero (época alternativa o zafriña). En parcelas destinadas para recuperación de suelos con Kumanda Yvyra’í, el maíz deberá sembrarse lo más temprano posible, de agosto a septiembre (Guerreño et al., 2019).

El cultivar guaraní 332, en cambio, tiene un período de siembra que va desde enero hasta el 10 de febrero. Estas variaciones en las épocas de siembra de los cultivares permiten planificar la producción de maíz en el país, teniendo en cuenta las condiciones climáticas ideales y las demandas del mercado a lo largo del año.

La época de siembra está influenciada principalmente por la latitud y altitud de la región, así como por el tipo de suelo y el ciclo del cultivar (Duarte, 2015).

¿Porque la época de siembra es importante?

Generalmente, cuanto más tarde se siembre, menor será su potencial productivo, debido a la reducción de la disponibilidad de agua, temperaturas suaves, radiación solar en invierno, así como el mayor riesgo de pérdidas causadas por heladas o sequía.

Según Cruz et al. (2010), la época de siembra es una función de la humedad del suelo, la temperatura, la radiación solar y el fotoperíodo, cuyos límites son variables en cada región agroclimática, siendo el momento más apropiado para la siembra, el que coincide el período de floración con los días más largos del año y la fase de llenado del grano con el período de temperaturas más altas y mayor disponibilidad de radiación solar, satisfacer las necesidades de la planta.

Sin embargo, la planificación de la temporada de siembra de maíz debe hacerse de acuerdo con la Zonificación Agrícola de Riesgo Climático (ZARC) de la región. El ZARC representa una herramienta de gestión de riesgos, proporcionando orientación sobre las temporadas de crecimiento de las especies agrícolas en las que hay menos riesgo de pérdida de productividad debido a las variaciones climáticas.

Se lleva a cabo determinando el riesgo de producción en las condiciones climáticas normales de cada región, con el fin de permitir la evaluación adecuada de la variabilidad de cada ubicación, estación y sus consecuencias para los cultivos agrícolas (Monteiro et al., 2021).

Según Guerreño et al. (2019), la mayoría de los híbridos utilizados en Paraguay tienen un alto potencial productivo y son exigentes en cuanto a la fertilidad del suelo, por lo que se recomienda sembrarlos en la época regular de cosecha, de agosto a octubre, y entre zafra, de enero a febrero. Además, cada híbrido tiene características específicas que deben conocerse antes de la siembra.

Ciclo de desarrollo del maíz

El ciclo de los cultivares de maíz se clasifica como normal o tardío, semi-temprano, temprano y súper temprano. Según Cruz et al. (2010), los cultivares normales presentan requerimientos térmicos correspondientes a 890-1200 grados-día (GD), los tempranos de 831-890 GD, los superprecoces de 780 a 830 GD, y los requerimientos calóricos corresponden al período de las fases fenológicas entre la emergencia y el inicio de la polinización.

Según el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA, 2019), en Paraguay se utilizan varios cultivares de maíz, cada uno con su época de siembra específica.

Por ejemplo, el cultivar Guaraní V 112 se siembra entre julio y octubre, mientras que Guaraní V 252 y Guaraní V 253 se siembran de julio a septiembre. Guaraní V 254 sigue el mismo calendario, sembrándose de julio a septiembre. Guaraní 313, por su parte, tiene dos épocas de siembra: en la cosecha principal, se siembra en febrero, y en la llamada «zafrinha», se siembra en octubre.

De acuerdo con la Zonificación Agrícola de Riesgo Climático, los cultivares de maíz se clasifican en tres grupos, dependiendo de su ciclo. Además, con el fin de simular el balance hídrico del cultivo, el ciclo del cultivar se dividió en 4 fases:

  • Fase I – Germinación/Emergencia;
  • Fase II – Crecimiento/Desarrollo;
  • Fase III – Floración / llenado de granos
  • Fase IV – Maduración

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Guía De Fases Maíz

Fritsche-Neto & Môro (2015), destacan que, en el mercado de semillas, predominan las variedades tempranas, que son más elegidas para plantar tanto en el cultivo principal como en la zafrinha. Por otro lado, los cultivares superprecoces son favorecidos en épocas de siembra posterior durante la zafrinha, para evitar daños causados por la ocurrencia de heladas y en algunas regiones donde se busca evitar daños por déficit hídrico por la temporada de lluvias más corta y concentrada. Además, los autores señalan que estas variedades se utilizan a menudo en zonas con agricultura de regadío, ya que liberan la superficie para otros cultivos en menos tiempo.

En zonas de mayor riesgo climático, especialmente en el caso de sequías, se recomienda adoptar estrategias como escalar la temporada de siembra y el uso de variedades de diferentes ciclos de desarrollo, porque esto contribuye a una mejor gestión de los riesgos climáticos y aumenta las posibilidades de éxito en el cultivo de maíz.