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Uno de los principales granos producidos a nivel mundial, el maíz es parte del sistema de producción de numerosas propiedades brasileñas, insertándose en el sistema de rotación de cultivos, permitiendo un mayor uso de la tierra y proporcionando paja residual para los cultivos sucesores. Además, el maíz se utiliza en muchas propiedades como “segunda cosecha” de verano, siendo cultivado después de la soja en la modalidad de maíz fuera de temporada.

Incidencia de enfermedades en maíz

Sin embargo, al igual que otros cultivos agrícolas, el maíz está sujeto a la incidencia e interferencia de numerosas enfermedades, algunas de las cuales pueden causar daños cuantitativos y cualitativos, como la pudrición de la mazorca. Las pudriciones de las mazorcas son causadas principalmente por los hongos Stenocarpella maydis (Diplodia maydis), Stenocarpella macrospora (Diplodia macrospora), Fusarium verticillioides (F. moniliforme), F. subglutinans, F. graminearum, F. sporotrichioides y Gibberella zeae. Ocasionalmente, en el campo, hay producción de granos quemados por los hongos Penicillium oxalicum, Aspergillus flavus y A. parasiticus (Alves et al., 2012).

Granos quemados

Como consecuencia de la ocurrencia de la pudrición de la mazorca, se produce la formación de granos de maíz quemados, los cuales se caracterizan por el deterioro y pérdida de color que resultan en pérdidas cuantitativas, o incluso la presencia de micotoxinas que pueden resultar en efectos cualitativos y tóxicos para el ser humano. y animales.

Figura 1. Granos de maíz quemados.  Foto: Foto: Rodrigo Véras da Costa

Las principales micotoxinas que se encuentran en los granos de maíz son aflatoxinas (Aspergillus flavus y A. parasiticus), fumonisinas (Fusarium verticillioides), zearalenona (Fusarium graminearum), ocratoxina A (Aspergillus spp. Y Penicillium spp. Y Penicillium spp. Grausario) y deoxynarium gramineol (Fusarium). et al., 2011). Además de las pérdidas cualitativas, las pérdidas cuantitativas son comunes debido a los granos quemados. Según Costa et al. (2012) uno de los factores que se ha relacionado con el aumento en la ocurrencia de granos quemados en el cultivo de maíz es el retraso en la cosecha. Los autores destacan que se pueden observar pérdidas cuantitativas que oscilan entre el 7 y el 15% como consecuencia de la presencia de granos quemados, y en casos extremos, las pérdidas pueden superar el 50% de la producción.

Entre las pudriciones de la mazorca más comunes, podemos destacar la pudrición de la mazorca blanca; pudrición rosada de la mazorca y pudrición rosada de la mazorca.

Pudrición de la oreja blanca

Causada por los hongos Stenocarpella maydis y Stenocarpella macrospora. Las mazorcas infectadas tienen granos marrones, de bajo peso y crecimiento micelial blanco entre las filas de granos.

Figura 2. Pudrición blanca de la mazorca. Foto: Rodrigo Veras da Costa


Pudrición de la oreja rosada

Causada por Fusarium verticillioides o Fusarium subglutinans, la infección puede comenzar en la parte superior o en cualquier otra parte de la oreja, pero siempre se asocia con alguna lesión (insectos, pájaros y roedores). A medida que se desarrolla la enfermedad, una masa algodonosa rojiza puede cubrir los granos infectados o el área de paja afectada (Pinto, 2005).

Figura 3. Pudrición rosada de la oreja. Fuente: Pinto (2005).

Pudrición rosada de Ponta da Espiga

También conocida como podredumbre de Gibberella (Gibberella zeae), la enfermedad comienza con una masa algodonosa rojiza en la punta de la oreja y puede progresar hasta la base de la oreja. (Pinto, 2005).

Figura 4. Pudrición de la espiga rosada (Gibberella zeae). Fuente: Pinto (2005).

Ante el alto potencial de estas pudriciones para dañar y depreciar los granos de maíz, es fundamental realizar prácticas de manejo que permitan el control eficiente de estas enfermedades, reduciendo la ocurrencia de granos quemados.

Sin embargo, por tratarse de enfermedades con mayor daño en el período final del desarrollo del maíz, se deben utilizar buenas prácticas agronómicas que ayuden a reducir los granos quemados, tales como: rotación de cultivos, uso de cultivares resistentes, no uso de poblaciones altas de plantas, así como la eliminación de plantas hospedantes y la no demora en la cosecha del maíz.

Como destacan Ribeiro et al. (2015) la genética de cultivares puede estar relacionada con una mayor tolerancia o susceptibilidad a la ocurrencia de pudrición de la mazorca y grano quemado, siendo una de las alternativas de manejo el uso de cultivares con resistencia a enfermedades fúngicas. Otro dato importante a manejar, apuntando no solo a la reducción de la pudrición de la mazorca, sino también de otras enfermedades fúngicas es la nutrición vegetal, las plantas bien nutridas, como soporte nutricional ideal, tienden a tener mayor salud y tolerancia a la ocurrencia de enfermedades, resultando en mejores condiciones para el desarrollo y la productividad de los cultivos.

Por tanto, se puede decir que la reducción de la ocurrencia de granos quemados depende de un conjunto de prácticas que van desde la nutrición hasta la recolección de cultivos, con el objetivo de brindar las condiciones adecuadas para el buen crecimiento y desarrollo del maíz, así como reducir la ocurrencia de pudriciones.

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