El maíz (Zea mays) es una gramínea perteneciente a la familia Poaceae, tiene metabolismo fotosintético C4 y una gran capacidad de adaptación a diferentes ambientes y condiciones ambientales. Según Silveira et al. (2015), el maíz es una planta originaria de América del Norte. Según datos de la Empresa Nacional de Abastecimiento (2023), el rendimiento promedio de maíz en la cosecha 2022/2023 en Brasil fue de 5.855 kg ha-1. Coelho & France, afirman que el potencial productivo del maíz para forraje es de 70 toneladas por hectárea; sin embargo, los rendimientos obtenidos en las condiciones de cultivo están entre 10 y 45 toneladas de masa verde por hectárea.
Figura 1. Planta de maíz
El maíz se destaca como uno de los cereales más cultivados y producidos en el mundo, siendo destinado tanto a la alimentación humana como animal. Además de la importancia económica del maíz, Lerayer et al. (2006) afirman que el maíz es el componente principal de la alimentación de aves de corral, cerdos y ganado, desempeñando un papel importante en la viabilidad de otros cultivos a través de la rotación de cultivos. La rotación de cultivos con maíz es una estrategia que ayuda a reducir posibles problemas con nematodos de las agallas, nematodos quistes, así como algunas enfermedades como el moho blanco, proporcionando mayor sostenibilidad para diferentes sistemas de producción en diversas regiones agrícolas de Brasil y del mundo.
Según Bredemeier (2020), las plantas de maíz se abastecen de agua y nutrientes extraídos del suelo, así como de oxígeno de carbono y oxígeno de la atmósfera como materias primas esenciales. Según Cruz et al. (2010), la temperatura ideal para el desarrollo del maíz varía según las etapas de crecimiento y desarrollo de la planta, y la temperatura promedio ideal, desde la emergencia hasta la floración, es entre 24 y 30 ° C, la ocurrencia de altas temperaturas puede causar una reducción en el ciclo de crecimiento de la planta, lo que, a su vez, comprometerá la productividad de los granos, esto se debe a la reducción del período destinado al llenado de los granos.
Como señala Bredemeier (2020), aunque la naturaleza es la principal responsable de la mayor parte de la variación en el efecto del medio ambiente en el desarrollo de las plantas y el rendimiento del grano, es esencial adoptar prácticas de manejo para optimizar el uso de los recursos naturales, para esto, es necesario comprender cómo crece y se desarrolla la planta.
Para una mejor planificación del manejo y tratamientos culturales que se llevarán a cabo durante el ciclo de cultivo, es necesario conocer las etapas fenológicas del maíz. La identificación de las etapas de crecimiento/desarrollo del maíz divide el desarrollo de la planta en vegetativo (V) y reproductivo (R). Según Magalhães & Durães (2006), las subdivisiones de las etapas vegetativas se denominan numéricamente como V1, V2, V3 a V(n); donde (n) representa la última hoja expedida antes del panojamiento (Vt). La primera y última etapa V están representadas, respectivamente, por (VE, emergencia) y (Vt, panojamiento).
La productividad del maíz es el resultado de la combinación de tres componentes de rendimiento, que son: número de mazorcas por área, número de granos y masa de granos.
Según Coelho & França (1995), el maíz presenta un alto potencial productivo; sin embargo, en las condiciones en que normalmente se produce, no alcanza este potencial. Los autores consideran que la fertilidad del suelo es uno de los principales factores que limitan la productividad. Las necesidades nutricionales de la planta están determinadas por la cantidad de nutrientes que extrae durante su ciclo de desarrollo.
La fertilización en el cultivo de maíz debe llevarse a cabo de acuerdo con el análisis químico del suelo y los requisitos nutricionales del cultivo. Cuando es necesario, se realiza un encalado para elevar el pH y reducir la toxicidad del suelo. Es necesario proporcionar todo el aporte de nutrientes y condiciones que permitan el crecimiento y desarrollo de las plantas. El nitrógeno es el nutriente
absorbido en mayor cantidad por el cultivo de maíz, y según Broch & Ranno (2012), es el nutriente que más limita la productividad de este cultivo, perdiéndose fácilmente por lixiviación, volatilización y desnitrificación en el suelo.
Para lograr buenos niveles de productividad, es necesario entender que, a lo largo de las diversas etapas de crecimiento y desarrollo del cultivo de maíz, es necesario un manejo diferente, como el manejo de enfermedades, plantas invasoras y plagas. Otro ejemplo importante es la fertilización nitrogenada. Según Coelho (2015), la absorción de N por el maíz es intensa en el período que va desde 40 días después de la siembra, que incluye la elongación (etapa vegetativa V6) hasta la floración masculina, es decir, la emisión de la panoja. En este intervalo, la planta es capaz de absorber más del 70% del N total necesario para su desarrollo.
En este sentido, comprender los momentos en los que se forman los componentes de productividad del maíz es fundamental para maximizar el potencial de rendimiento del cultivo, esto resalta la importancia de la planificación del manejo en las diferentes fases del desarrollo del cultivo para lograr altos rendimientos.
Figura. Etapas críticas de crecimiento y sus componentes para definir la producción de maíz.
El rendimiento del maíz está influenciado por varios factores a lo largo de su ciclo de desarrollo, incluyendo las condiciones climáticas, la temperatura, la humedad del suelo, el fotoperíodo, la radiación solar, el tiempo y la profundidad de siembra, la densidad de siembra, el manejo de la fertilización, así como la incidencia de plagas, enfermedades y plantas invasoras. Todos estos elementos tienen el potencial de afectar la productividad.
Por lo tanto, para proporcionar un ambiente favorable para el crecimiento y desarrollo del maíz, es crucial implementar prácticas de manejo de acuerdo con las necesidades del cultivo. Al hacer esto, es posible mitigar las influencias externas que pueden interferir durante el ciclo del cultivo y asegurar el desarrollo de las plantas para que alcancen su máximo potencial productivo.